Ahora, tú, mi pequeño amor,
me traes perfumados lirios.
Tú, despreocupado y travieso
como el viento que juega
con tus rubios cabellos.
Hoy, esta alma mía, se alegra
con tu tierna sonrisa , con
tus caricias, con tu mirada.
Mañana, tú, mi pequeño amor,
te guiarás por tus propios sueños
y buscarás otros cálidos brazos.
Extrañaré tus juegos, risas y cantos
los que siempre me animaron tanto.
Un nuevo lucero iluminará el
sendero que te llevará al
al amor maduro.
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