“Ten cuidado con las palabras que
utilizas…para comunicarte”
He oído:
Un cazador se perdió en un bosque.Por la tarde llegó a una propiedad, pero le daba miedo entrar porque en la puerta había un gran cartel que decía: "Cuidado, perros peligrosos". La noche iba cayendo y el bosque estaba lleno de animales salvajes. Era preferible enfrentarse a los perros que ser devorado por esos animales. El hombre estaba tan cansado, tan agotado, que quería descansar. Albergaba la esperanza de que, si había perros, hubiera alguien; el amo de los perros, el dueño de las tierras o la persona que había puesto esos grandes carteles.
Entró con un poco de miedo, tembloroso, pero no había otra salida, no había alternativa. Unos metros más adelante se encontró con otro cartel aún más grande: "Cuidado, perros peligrosos". El corazón empezaba a encogérsele, pero no había camino de vuelta, no había vuelta atrás, así que tenía que seguir. De nuevo llegó a un cartel aún más grande.
En ese momento, vio un perro pequeñito, muy pequeñito, delante de la cabaña del dueño. ¡Un perro tan pequeño que podrías agarrarlo por las patas y lanzarlo a cien metros!
El cazador estaba muy perplejo. El dueño apareció en la puerta, así que le preguntó:
- ¿Dónde están los perros grandes y peligrosos?
Él contestó:
- No hay ninguno. Éste es mi único perro.
El cazador le preguntó:
- ¿Cree que este perro puede evitar que entre la gente?
El hombre le contestó:
- No, pero los carteles sí. Usted es el primero que ha entrado en años. Aunque no hubiera perro, los carteles serían suficientes.
La gente vive a través de las palabras. Si en un teatro lleno alguien grita: "¡Fuego!, ¡fuego!", todos empezarán a correr. Nadie se preocupa de averiguar si hay algún fuego. En cuanto escuchas la palabra "fuego", tu imaginación empieza a funcionar...o como cuando escuchas pedir auxilio, inmediatamente, piensas en el peligro.
Ten mucho cuidado con las palabras que usas. Las palabras tienen asociaciones, profundas asociaciones y al pronunciarlas con convicción se pueden convertir en realidades concretas; pueden dejar de ser simples palabras y pasar a ser “cosas” pero a veces no deseadas.
He oído:
Un cazador se perdió en un bosque.Por la tarde llegó a una propiedad, pero le daba miedo entrar porque en la puerta había un gran cartel que decía: "Cuidado, perros peligrosos". La noche iba cayendo y el bosque estaba lleno de animales salvajes. Era preferible enfrentarse a los perros que ser devorado por esos animales. El hombre estaba tan cansado, tan agotado, que quería descansar. Albergaba la esperanza de que, si había perros, hubiera alguien; el amo de los perros, el dueño de las tierras o la persona que había puesto esos grandes carteles.
Entró con un poco de miedo, tembloroso, pero no había otra salida, no había alternativa. Unos metros más adelante se encontró con otro cartel aún más grande: "Cuidado, perros peligrosos". El corazón empezaba a encogérsele, pero no había camino de vuelta, no había vuelta atrás, así que tenía que seguir. De nuevo llegó a un cartel aún más grande.
En ese momento, vio un perro pequeñito, muy pequeñito, delante de la cabaña del dueño. ¡Un perro tan pequeño que podrías agarrarlo por las patas y lanzarlo a cien metros!
El cazador estaba muy perplejo. El dueño apareció en la puerta, así que le preguntó:
- ¿Dónde están los perros grandes y peligrosos?
Él contestó:
- No hay ninguno. Éste es mi único perro.
El cazador le preguntó:
- ¿Cree que este perro puede evitar que entre la gente?
El hombre le contestó:
- No, pero los carteles sí. Usted es el primero que ha entrado en años. Aunque no hubiera perro, los carteles serían suficientes.
La gente vive a través de las palabras. Si en un teatro lleno alguien grita: "¡Fuego!, ¡fuego!", todos empezarán a correr. Nadie se preocupa de averiguar si hay algún fuego. En cuanto escuchas la palabra "fuego", tu imaginación empieza a funcionar...o como cuando escuchas pedir auxilio, inmediatamente, piensas en el peligro.
Ten mucho cuidado con las palabras que usas. Las palabras tienen asociaciones, profundas asociaciones y al pronunciarlas con convicción se pueden convertir en realidades concretas; pueden dejar de ser simples palabras y pasar a ser “cosas” pero a veces no deseadas.
Sensei Diego